La conclusión que he sacado con este trabajo es que todo el mundo es supersticioso, en mayor o menor grado. Todos tenemos manías y miedos y dependiendo de la cantidad y de la intensidad de estas (si nos provocan ansiedad no realizarlas) la persona padece de TOC.
Las supersticiones han pasado de generación en generación y se han hecho populares, de tal forma que a día de hoy todos las conocemos. De esto se ha alimentado el cine y el teatro que lo utiliza (con sus obras consideradas "malditas") para reclamo del publico, cada vez más creyente.
MUY BUENA CONCLUSIÓN. ME SIRVIÓ DE MUCHO.
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