La fina
línea que separa la cordura de la locura ha sido uno de los grandes temas de la
literatura, el cine y todas las artes. Por
eso,además del cine, TOC a influenciado mucho al mundo de la literatura.
Una de
las obras en la que podemos ver esta enfermedad es Todo sobre mi madre de Richar Russo, novelista
estadounidense ganador de un premio Pulitzer en 2002. En esta novela el autor
narra de manera autobiográfica la vida con su madre, la cual sufría
trastorno obsesivo-compulsivo.
También cabe destacar el trabajo de Juan José Millás, escrito que llega a
calificar el quehacer literario como un «manejar obsesiones».
Tonto, muerto, bastardo
e invisible (1995), última novela
de Juan José Millas, puede verse la escritura como expresión de las
obsesiones
«En fin, la escritura
era un cuerpo complejo, aunque vertebrado en torno a una obsesión o dos,
como la vida misma...»
En El desorden de tu nombre(1988),Volver
a casa (1990),y el relato Laura se corta el pelo, podemos ver como este autor trata
el tema de las obsesiones.
También podemos ver la presencia de esta enfermedad
dentro de las
novelas
gráficas. Una de ellas El Nao de Glyn Dillon, ganadora de el
Premio del Jurado del Festival Internacional de Cómic de Algoulême y es uno de
los cómics nominado a Mejor Obra de Autor Extranjero Publicada en España en
2013 en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Esta obra
nos hace imaginar lo que es estar dentro de la cabeza de una persona que sufre
un trastorno obsesivo compulsivo. Una historia apasionante protagonizada por
una joven que sólo quiere llevar una vida normal y que lucha constantemente por
separar la realidad de la fantasía.
Nao, la protagonista de
la historia, es una joven londinense de origen japonés,que sufre violentas
obsesiones macabras de homicidio que la obligan a realizar extraños rituales
mentales para su auntocontrol.
Una trama compleja, que entra y sale de la
realidad de Nao, reflejando con gran realismo todo lo que pasa por su cabeza,
con sus obsesiones, sus taras y sus constantes y violentos instintos asesinos.
Considerada una obra maestra que nos hace reflexionar sobre nosotros mismos y
nuestras obsesiones, miedos y sueños. Y sobre la fina línea que
separa la cordura de la locura.
Dentro del mundo de la poesía cabe destacar la
presencia de Neil Hilbor.
Poeta estadounidense nacido
en Minnesota Neil Hilborn que conmovió a los internautas con su poema de
amor titulado: TOC (enfermedad que él padece).
Neil escribió y recitó este poema, que escribió en
2011, en un concurso hace unos cuantos meses (concurso de poesía de
Rustbelt) en donde habla de lo que sintió al enamorarse y lo que pasa
ahora que ella se fue. Imagen dolorosa pero hermosa de lo que significa
tener una relación y el TOC.
La sentida composición de Hilborn llegó a las
redes sociales
convirtiéndose en viral inmediatamente.
La
primera vez que la vi…
Todo
en mi cabeza se silenció
Todos
los ticks, las imágenes constantes desaparecieron.
Cuando
tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados.
Incluso
en la cama estoy pensando:
¿Cerré
las puertas? Sí
¿Me
lavé las manos? Sí
¿Cerré
las puertas? Sí
¿Me
lavé las manos? Sí
Pero
cuando la vi, lo único en lo que podía pensar era en el color rosado de sus labios.
O
la pestaña en su mejilla–
La
pestaña en su mejilla–
La
pestaña en su mejilla.
Sabía
que debía hablar con ella
La
invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella
dijo que sí después de la tercera,
pero
ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir
haciéndolo.
En
nuestra primera cita,
pasé
más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando
con ella.
Pero
le encantó.
Le
encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era
miércoles.
Le
encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas
grietas en la banqueta.
Cuando
nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como
si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18
veces.
Yo
siempre veía su boca cuando hablaba–
Cuando
hablaba–
Cuando
hablaba–
Cuando
hablaba–
Cuando
hablaba;
Cuando
me dijo que me amaba, su boca se curveaba hacia arriba en los bordes.
En
la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y
prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas,
y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y
apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas,
y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas.
Ella
cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.
Algunas
mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba
haciéndola llegar tarde al trabajo.
Cuando
me detenía en las grietas de la banqueta ella seguía caminando.
Cuando
me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me
dijo que estaba tomando mucho de su tiempo.
La
semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me
dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error,
Pero…
¿Cómo podría ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?
El
amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no.
No
puedo–
No
puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.
Usualmente,
cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes escabulléndose en mi piel.
Me
veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches.
Y
ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.
Quiero
despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo
mueve las manijas de la regadera como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En
cómo sopla las velas–
Cómo
sopla las velas–
Cómo
sopla las velas–
Cómo
sopla las velas–
Cómo
sopla…
Ahora
sólo pienso en quién más está besándola.
No
puedo respirar porque él sólo la besa una vez– ¡No le importa si es
perfecto!
La
quiero de regreso tanto que…
Dejo
la puerta sin cerrar.
Dejo
las luces encendidas”.
La fina
línea que separa la cordura de la locura ha sido uno de los grandes temas de la
literatura, el cine y todas las artes. Por
eso,además del cine, TOC a influenciado mucho al mundo de la literatura.
Una de
las obras en la que podemos ver esta enfermedad es Todo sobre mi madre de Richar Russo, novelista
estadounidense ganador de un premio Pulitzer en 2002. En esta novela el autor
narra de manera autobiográfica la vida con su madre, la cual sufría
trastorno obsesivo-compulsivo.
También cabe destacar el trabajo de Juan José Millás, escrito que llega a calificar el quehacer literario como un «manejar obsesiones».
Tonto, muerto, bastardo
e invisible (1995), última novela
de Juan José Millas, puede verse la escritura como expresión de las
obsesiones
«En fin, la escritura
era un cuerpo complejo, aunque vertebrado en torno a una obsesión o dos,
como la vida misma...»
En El desorden de tu nombre(1988),Volver
a casa (1990),y el relato Laura se corta el pelo, podemos ver como este autor trata
el tema de las obsesiones.
También podemos ver la presencia de esta enfermedad dentro de las
novelas
gráficas. Una de ellas El Nao de Glyn Dillon, ganadora de el
Premio del Jurado del Festival Internacional de Cómic de Algoulême y es uno de
los cómics nominado a Mejor Obra de Autor Extranjero Publicada en España en
2013 en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Esta obra
nos hace imaginar lo que es estar dentro de la cabeza de una persona que sufre
un trastorno obsesivo compulsivo. Una historia apasionante protagonizada por
una joven que sólo quiere llevar una vida normal y que lucha constantemente por
separar la realidad de la fantasía.
Nao, la protagonista de
la historia, es una joven londinense de origen japonés,que sufre violentas
obsesiones macabras de homicidio que la obligan a realizar extraños rituales
mentales para su auntocontrol.
Una trama compleja, que entra y sale de la realidad de Nao, reflejando con gran realismo todo lo que pasa por su cabeza, con sus obsesiones, sus taras y sus constantes y violentos instintos asesinos.
Considerada una obra maestra que nos hace reflexionar sobre nosotros mismos y
nuestras obsesiones, miedos y sueños. Y sobre la fina línea que
separa la cordura de la locura.
Dentro del mundo de la poesía cabe destacar la presencia de Neil Hilbor.
Poeta estadounidense nacido
en Minnesota Neil Hilborn que conmovió a los internautas con su poema de
amor titulado: TOC (enfermedad que él padece).
Neil escribió y recitó este poema, que escribió en
2011, en un concurso hace unos cuantos meses (concurso de poesía de
Rustbelt) en donde habla de lo que sintió al enamorarse y lo que pasa
ahora que ella se fue. Imagen dolorosa pero hermosa de lo que significa
tener una relación y el TOC.
La sentida composición de Hilborn llegó a las
redes sociales
convirtiéndose en viral inmediatamente.
La
primera vez que la vi…
Todo
en mi cabeza se silenció
Todos
los ticks, las imágenes constantes desaparecieron.
Cuando
tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados.
Incluso
en la cama estoy pensando:
¿Cerré
las puertas? Sí
¿Me
lavé las manos? Sí
¿Cerré
las puertas? Sí
¿Me
lavé las manos? Sí
Pero
cuando la vi, lo único en lo que podía pensar era en el color rosado de sus labios.
O
la pestaña en su mejilla–
La
pestaña en su mejilla–
La
pestaña en su mejilla.
Sabía
que debía hablar con ella
La
invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella
dijo que sí después de la tercera,
pero
ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir
haciéndolo.
En
nuestra primera cita,
pasé
más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando
con ella.
Pero
le encantó.
Le
encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era
miércoles.
Le
encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas
grietas en la banqueta.
Cuando
nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como
si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18
veces.
Yo
siempre veía su boca cuando hablaba–
Cuando
hablaba–
Cuando
hablaba–
Cuando
hablaba–
Cuando
hablaba;
Cuando
me dijo que me amaba, su boca se curveaba hacia arriba en los bordes.
En
la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y
prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas,
y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y
apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas,
y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas.
Ella
cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.
Algunas
mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba
haciéndola llegar tarde al trabajo.
Cuando
me detenía en las grietas de la banqueta ella seguía caminando.
Cuando
me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me
dijo que estaba tomando mucho de su tiempo.
La
semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me
dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error,
Pero…
¿Cómo podría ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?
El
amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no.
No
puedo–
No
puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.
Usualmente,
cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes escabulléndose en mi piel.
Me
veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches.
Y
ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.
Quiero
despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo
mueve las manijas de la regadera como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En
cómo sopla las velas–
Cómo
sopla las velas–
Cómo
sopla las velas–
Cómo
sopla las velas–
Cómo
sopla…
Ahora
sólo pienso en quién más está besándola.
No
puedo respirar porque él sólo la besa una vez– ¡No le importa si es
perfecto!
La
quiero de regreso tanto que…
Dejo
la puerta sin cerrar.
Dejo
las luces encendidas”.
Inspirándose
en este poema, Jacob Morrison hizo "“Disorder” un cortometraje
que viene causando gran sensación en las redes sociales. El relato
cinematográfico retrata escenas contadas por el poeta Neil Hilborn. En él,
se trata de escenificar la primera vez que Hilborn se encuentra con
su musa, provocando que sus tics y “las imágenes constantes” desaparezcan.
Al
inicio del cortometraje, el protagonista se encuentra conversando con quien
sería su terapeuta, a quien le cuenta la satisfacción de haber conocido a la
mujer que lo enamoró. “Cuando la vi, lo único que pensaba era en la curva de
sus labios”, como reza el verso.
De
igual modo, narra cómo fue una de sus primeras citas. “Pasé más tiempo
organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con
ella. Pero le encantó”. Asimismo, se escenificó la desventura que resultó
cuando su musa decidió apartarse de él.
Por
último, cuenta el conmovedor desenlace. “La quiero de regreso tanto que, dejo
la puerta sin cerrar y las luces encendidas”.
https://twitter.com/Neilicorn/status/329626460010737664
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