domingo, 30 de marzo de 2014

TOC en la literatura

La fina línea que separa la cordura de la locura ha sido uno de los grandes temas de la literatura, el cine y todas las artes. Por eso,además del cine, TOC a influenciado mucho al mundo de la literatura.
Una de las obras en la que podemos ver esta enfermedad es Todo sobre mi madre de Richar Russo, novelista estadounidense ganador de un premio Pulitzer en 2002. En esta novela el autor narra de manera autobiográfica la vida con su madre, la cual sufría trastorno obsesivo-compulsivo.

También cabe destacar el trabajo de Juan José Millás, escrito que llega a calificar el quehacer literario como un «manejar obsesiones». 
Tonto, muerto, bastardo e invisible (1995), última novela de Juan José Millas, puede verse  la escritura como expresión de las obsesiones 
«En fin, la escritura era un cuerpo complejo, aunque vertebrado en torno a una obsesión o dos, como la vida misma...»

En El desorden de tu nombre(1988),Volver a casa (1990),y el relato Laura se corta el pelo, podemos ver como este autor trata el tema de las obsesiones. 

























También podemos ver la presencia de esta enfermedad dentro de las 
novelas gráficas. Una de ellas El Nao de Glyn Dillon, ganadora de el Premio del Jurado del Festival Internacional de Cómic de Algoulême y es uno de los cómics nominado a Mejor Obra de Autor Extranjero Publicada en España en 2013 en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona. 
Esta obra nos hace imaginar lo que es estar dentro de la cabeza de una persona que sufre un trastorno obsesivo compulsivo. Una historia apasionante protagonizada por una joven que sólo quiere llevar una vida normal y que lucha constantemente por separar la realidad de la fantasía. 
Nao, la protagonista de la historia, es una joven londinense de origen japonés,que sufre violentas obsesiones macabras de homicidio que la obligan a realizar extraños rituales mentales para su auntocontrol.

Una trama compleja, que entra y sale de la realidad de Nao, reflejando con gran realismo todo lo que pasa por su cabeza, con sus obsesiones, sus taras y sus constantes y violentos instintos asesinos.
Considerada una obra maestra que nos hace reflexionar sobre nosotros mismos y nuestras obsesiones, miedos y sueños. Y sobre la fina línea que separa la cordura de la locura







Página de 'El Nao de Brown'






















Dentro del mundo de la poesía cabe destacar la presencia de Neil Hilbor. 

Poeta estadounidense nacido en Minnesota Neil Hilborn que conmovió a los internautas con su poema de amor titulado: TOC (enfermedad que él padece).
Neil escribió y recitó este poema, que escribió en 2011, en un concurso hace unos cuantos meses (concurso de poesía de Rustbelt) en donde habla de lo que sintió al enamorarse y lo que pasa ahora que ella se fue. Imagen dolorosa pero hermosa de lo que significa tener una relación y el TOC.  
La sentida composición de Hilborn llegó a las redes sociales
convirtiéndose en viral inmediatamente.

La primera vez que la vi…
Todo en mi cabeza se silenció
Todos los ticks, las imágenes constantes desaparecieron.
Cuando tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados.
Incluso en la cama estoy pensando:
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
Pero cuando la vi, lo único en lo que podía pensar era en el color rosado de sus labios.
O la pestaña en su mejilla–
La pestaña en su mejilla–
La pestaña en su mejilla.
Sabía que debía hablar con ella
La invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella dijo que sí después de la tercera,
pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo.
En nuestra primera cita,
pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella.
Pero le encantó.
Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era miércoles.
Le encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en la banqueta.
Cuando nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18 veces.
Yo siempre veía su boca cuando hablaba–
Cuando hablaba–
Cuando hablaba–
Cuando hablaba–
Cuando hablaba;
Cuando me dijo que me amaba, su boca se curveaba hacia arriba en los bordes.
En la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas.
Ella cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.
Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba haciéndola llegar tarde al trabajo.
Cuando me detenía en las grietas de la banqueta ella seguía caminando.
Cuando me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me dijo que estaba tomando mucho de su tiempo.
La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error,
Pero… ¿Cómo podría ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?
El amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no.
No puedo–
No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.
Usualmente, cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes escabulléndose en mi piel.
Me veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches.
Y ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.
Quiero despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo mueve las manijas de la regadera como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En cómo sopla las velas–
Cómo sopla las velas–
Cómo sopla las velas–
Cómo sopla las velas–
Cómo sopla…
Ahora sólo pienso en quién más está besándola.
No puedo respirar porque él sólo la besa una vez– ¡No le importa si es perfecto!
La quiero de regreso tanto que…
Dejo la puerta sin cerrar.

Dejo las luces encendidas”.



Inspirándose en este poema, Jacob Morrison hizo "“Disorder” un cortometraje que viene causando gran sensación en las redes sociales. El relato cinematográfico retrata escenas contadas por el poeta Neil Hilborn. En él, se trata de escenificar la primera vez que Hilborn se encuentra con su musa, provocando que sus tics y “las imágenes constantes” desaparezcan.

Al inicio del cortometraje, el protagonista se encuentra conversando con quien sería su terapeuta, a quien le cuenta la satisfacción de haber conocido a la mujer que lo enamoró. “Cuando la vi, lo único que pensaba era en la curva de sus labios”, como reza el verso.
De igual modo, narra cómo fue una de sus primeras citas. “Pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella. Pero le encantó”. Asimismo, se escenificó la desventura que resultó cuando su musa decidió apartarse de él.
Por último, cuenta el conmovedor desenlace. “La quiero de regreso tanto que, dejo la puerta sin cerrar y las luces encendidas”.




https://twitter.com/Neilicorn/status/329626460010737664

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