viernes, 4 de abril de 2014

Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad (como la agorafobia y la fobia social) caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas repetitivas, denominadas compulsiones dirigidas a reducir la ansiedad asociada.
Este trastorno hace que las personas tengan pensamientos no deseados (obsesiones) y que repitan determinadas conductas (compulsiones) una y otra vez. 
Todos tenemos hábitos y rutinas en nuestra vida diaria, como cepillarnos los dientes antes de acostarnos. Sin embargo, para las personas con TOC, los patrones de conducta interfieren en su vida diaria. 

La mayoría de las personas con TOC saben que sus obsesiones y compulsiones no tienen sentido, pero no pueden ignorarlas ni frenarlas.




CARACTERÍSTICAS:

Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son experimentados como pensamientos que invaden la conciencia y son vividos como exagerados o sin sentido, a veces como repugnantes. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos. Es entonces cuando se ponen en marcha las conductas compulsivas encaminadas a reducir la ansiedad motivada por la obsesión.

Compulsiones: también llamadas rituales, son conductas repetitivas, generalmente "caprichosas" que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada y cuya principal función es reducir la ansiedad provocada por la obsesión. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura, relacionados con la obsesión en cuestión. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la conducta y no obtiene placer en realizar esta actividad, aunque esta disminuye la ansiedad provocada por su obsesión. El enfermo enseguida nota que una sola compulsión o "ritual" no basta para reducir su ansiedad, con lo que se ve obligado a repetir o aumentar el ritual (círculo vicioso).
Las obsesiones y las compulsiones son una fuente significativa de malestar para el individuo o interfieren en el funcionamiento social, laboral y en su actividad diaria, ocupando gran parte del tiempo del individuo. Generalmente el afectado es consciente de la irracionalidad de su trastorno, y puede sentir culpa y vergüenza por ello, o tener "miedo de volverse loco". Cada ritual (o patrón de rituales) está ligado a una misma obsesión, y el enfermo "tiene" que realizar varios a lo largo del día, acarreando todo esto una gran pérdida de tiempo y malestar en su vida diaria.
No debe confundirse con las "manías" que podemos tener todos respecto a algunas cuestiones. Las obsesiones en el TOC invaden la mente de la persona, y esta no puede sentirse tranquila hasta que no realiza la compulsión que la calma. A diferencia de las "manías" las obsesiones crean angustia, no son controlables, y afectan, en mayor o menor medida, el funcionamiento normal del sujeto en su vida cotidiana. Así mismo preocupaciones o pensamientos puntuales repetitivos e intrusivos, o conductas de rutina de tipo compulsivo son normales en la población general, y no limitan la vida del individuo. En el TOC la intensidad, frecuencia y duración de tales pensamientos y conductas son exagerados.
El trastorno obsesivo-compulsivo estadísticamente es igual de frecuente en varones que en mujeres.


TIPOS:

Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la contaminación o el contagio a través de determinados objetos o situaciones (contaminarse a sí mismo o contagiar a los demás).
Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe
Verificadores somáticos e hipocondríacos: intrusiones obsesivas persistentes en relación a su salud; temor a desarrollar una enfermedad amenazante para la vida.
Repetidores: son aquellos individuos que se empeñan en la ejecución de acciones repetitivas
Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas.
Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.
Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivos, llamados compulsiones mentales, con el objeto de contrarrestar su ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.
Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos, restándolos, cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.
Filosofales: viven en un proceso metafísico del que no pueden desprenderse.
Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante, a diferencia de quienes sufren los demás tipos de TOC, no se entregan a comportamientos reiterativos de tipo físico (sin compulsiones), sino a procesos reiterativos únicamente mentales.
Perfeccionistas: autoexigentes y autocríticos, se preocupan por detalles menores e irrelevantes; necesidad imperiosa de hacer las tareas perfectas; necesidad extrema por saber o recordar cosas que pueden ser muy triviales; autoexigencias del tipo: ser el mejor en todo
Supersticiosos (pensamiento mágico): las personas que sufren de TOC presentan altos niveles de paranoia, disturbios de percepción y pensamiento mágico, en particular “fusión de pensamiento y acción”, la creencia que los pensamientos negativos o determinados actos pueden originar daños. Tienen la sensación de que si no hacen sus compulsiones algo malo les puede suceder.
Preguntadores compulsivos: tienen la necesidad de estar continuamente preguntándose a sí mismos o a los demás sobre cualquier cosa por muy absurda que sea.
Dubitativos e indecisos (intolerancia a la incertidumbre): los pacientes con TOC suelen tener dificultades con las situaciones ambiguas e inciertas, y con la toma de decisiones. Suelen preocuparse por los errores y dudar sobre sus acciones. Necesitan la certeza necesaria para maximizar la predecibilidad y el control, y reducir así la amenaza y por tanto paliar su ansiedad.


OBSESIONES Y COMPULSIONES RECURRENTES:

Obsesiones de contaminación: preocupación por los gérmenes y por contraer enfermedades
Obsesiones sobre la salud y la apariencia física: dieta, ejercicio, estilo de vida; moda e imagen personal; obsesión con el envejecimiento
Obsesiones relacionadas con la sexualidad: pensamientos persistentes acerca de la realización de actos sexuales repugnantes o prohibidos; obsesión y dudas sobre la orientación sexual, por ejemplo cuando un heterosexual cree que puede ser/convertirse en un homosexual o viceversa y se obsesiona con el tema
Obsesiones de contenido agresivo: temor a causar algún tipo de daño a otras personas o a uno mismo; miedo a cometer crímenes o aparecer como responsable de errores, fracasos, imprudencias, accidentes o catástrofes; por su mente se cruzan imágenes horribles y violentas.
Obsesiones filosófico-religiosas: necesidad de confesar pecados inexistentes o ínfimos que se supone haber cometido y estar preocupado por la culpa consiguiente; escrúpulos de conciencia: excesivamente preocupado por la posibilidad de cometer algún acto pecaminoso en lo que se refiere a su religión o creencias; preguntas existenciales reiterativas del tipo: "¿qué habrá después de la muerte?" "¿existe Dios?" "¿cuál es la finalidad de la existencia?"
Obsesión con la inteligencia y las facultades mentales: se someten a continuos y diversos test de inteligencia para verificar su inteligencia; dudan continuamente de la eficacia de sus capacidades mentales
Info-obsesivos (acumuladores): obsesión por acumular, acaparar, controlar y ordenar la mayor cantidad de información posible; estar siempre enterado de las últimas tendencias y avances; en todos los campos del conocimiento o en alguno en particular, volviéndose muy compulsivos y ansiosos por su necesidad de control
Otros: adictos al trabajo (trabajólico), ludópatas.

CAUSAS:

Varias teorías sugieren una base biológica para el trastorno, y actualmente una serie de estudios está explorando esta posibilidad. Por ejemplo, algunos han sugerido que pueden existir algunas anormalidades en el lóbulo frontal que influyen en los síntomas del TOC. Unos análisis recientes que comparan personas con TOC y controles sanos han encontrado que las personas con TOC presentan un aumento bilateral del volumen de sustancia gris en los núcleos lenticulares.
Otros estudios parecen indicar que pueden estar implicadas anormalidades en ciertos neurotransmisores. La serotonina, un neurotransmisor, es encargada del proceso de mandar la información de una neurona a otra, y parece estar "ralentizado" en las personas con TOC.
El momento en el que se diagnostica puede variar en cada persona, pero en la mayoría de los casos tiene lugar durante la adolescencia o después de un hecho contundente y traumático (como puede ser un abuso sexual). Si bien los síntomas pueden aparecer y desaparecer temporalmente, nunca lo hacen del todo; por lo que, una persona con este trastorno debería llevar de por vida un tratamiento contra la ansiedad, como sucede con toda enfermedad crónica.


¿Como de común es el TOC?
Por muchos años, los profesionales de salud mental pensaron que el TOC era una enfermedad no muy común porque sólo una pequeña minoría de sus pacientes tenían esta condición. El trastorno frecuentemente no era reconocido porque aquellos que padecían de TOC no buscaban tratamiento para así poder ocultar sus manías y pensamientos repetitivos. Esto llevó a subestimar el número de personas con la enfermedad. Sin embargo, una encuesta hecha a principios de los años ochenta por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) -- la agencia federal que apoya investigaciones a nivel nacional sobre el cerebro, enfermedades mentales, y salud mental -- proporcionó nuevos conocimientos acerca del predominio de TOC. La encuesta de NIMH mostró que TOC afecta más del 2 por ciento de la población, lo cual significa que TOC es más común que enfermedades mentales severas, tales como esquizofrenia, trastorno bipolar, o trastorno de pánico. Es considerada la cuarta enfermedad mental más común en los países desarrollados.  
 TOC afecta personas de todos los grupos étnicos. Hombres y mujeres son afectados por igual. Se estimó en 1990 que los costos sociales y económicos de TOC son de $8,4 billones (DuPont et al., 1994).
A pesar de que los síntomas de TOC típicamente empiezan en la adolescencia o en la edad adulta temprana, investigaciones recientes muestran que algunos niños desarrollan la enfermedad a edades más tempranas, aún durante los años preescolares. Los estudios indican que al menos una tercera parte de los casos de TOC en adultos empezó durante la niñez. El padecimiento de TOC durante las etapas tempranas del desarrollo de un niño puede causar problemas severos para el niño. Es importante que el niño reciba evaluación y tratamiento por un médico informado para evitar que el niño no pierda oportunidades importantes a causa de este trastorno.

TRATAMIENTOS:

-Psicofármacos: Diversas pruebas clínicas han demostrado que aquellos medicamentos que afectan al neurotransmisor serotonina pueden reducir significativamente los síntomas del TOC.
-Psicoterapia conductual (Exposición y Prevención de Respuesta): Mediante este método el paciente se enfrenta, deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a evitar sus rituales con apoyo y medios provistos por el terapeuta. Por ejemplo, un paciente que se lava las manos compulsivamente puede ser alentado a tocar un objeto que cree está contaminado y luego la persona es instada a evitar lavarse durante varias horas hasta que la ansiedad provocada se haya reducido en gran parte (la ansiedad baja con el paso del tiempo, aunque el paciente crea lo contrario).
-Psicoterapia cognitiva: Mediante experimentos que el terapeuta diseña para el paciente, se pone a prueba ideas destructivas sobre el poder de los pensamientos, la culpa, la búsqueda de seguridad absoluta, la tendencia al catastrofismo, el perfeccionismo, el autocastigo y la intolerancia al malestar. Esto permite que el paciente no reaccione con la angustia de antes, consiguiendo que las obsesiones y las compulsiones vayan desapareciendo progresivamente.
-Psicoterapia de orientación psicoanalítica: Para esta clase de terapia, el énfasis está puesto en indagar el origen de las ideas obsesivas y las repeticiones compulsivas por medio de las asociaciones propias del paciente, para luego interpretar los mecanismos psíquicos inconscientes que están involucrados en la formación de los síntomas, las ideas obsesivas y las repeticiones compulsivas.


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