lunes, 12 de mayo de 2014

Introducción

Este trabajo lo empecé porque el tema Supersticiones  siempre me ha parecido muy interesante. Al principio mi intención era hacerlo solo de este tema con mayor profundidad pero, acorde iba recopilando información, me di cuenta de la relación que tenía con el Trastorno Obsesivo Compulsivo debido a que este se nutre de las supersticiones. Por eso, finalmente, decidí integrar los dos temas y hablar de ambos.

sábado, 10 de mayo de 2014

Objetivos

-Definir que son las supersticiones y como se crean.
-Recopilar información sobre el origen de las supersticiones más conocidas.
-Recoger información sobre obras teatrales y películas consideradas "malditas".
-Buscar algunas supersticiones de Asturias y Andalucia.
-Definir el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), sus características y tipos y su posible tratamiento.
-Relacionar el TOC con peliculas, series de televisión y literatura.

jueves, 8 de mayo de 2014

La superstición

La palabra “superstición” procede del latín “super” que significa “arriba” y “stare” que significa “estar”. Llamaban “superstites” a las personas que salían vivas de las batallas porque habían sobrevivido a sus compañeros y por eso estaban por encima de ellos.
Aunque la superstición no se puede ajustar a una definición cualquiera, ya que es más que una creencia, es un modo de vida que constituye al hombre desde que éste existe, podría definir una superstición como una creencia que se basa en hechos sobrenaturales, y si me fijo en un diccionario de la lengua española nos definen superstición como: creencias producto de atavismos paganos o de la ignorancia en materias religiosas, por la cual se atribuye erróneamente valor sagrado a ciertas prácticas, palabras u obligaciones. Una superstición surge cuando se atribuyen poderes extraordinarios a ciertos objetos y se busca en ellos la explicación a algunos sucesos sorprendentes, como las coincidencias aunque algunas personas creen tanto en las supersticiones que incluso llegan a un punto de fanatismo.
Las supersticiones constituyen una parte muy antigua de la herencia humana ya que, desde que el hombre existe, siempre ha tendido a creer en fenómenos sobrenaturales, mitos populares o eventos inexplicables. El hombre primitivo, buscaba explicaciones para fenómenos tales como el rayo, el trueno, los eclipses, el nacimiento y la muerte, y como carecía de conocimientos sobre las leyes de la naturaleza, creó una serie de supersticiones las cuales combatía con una serie de ritos. Por otra parte, el milagro de que un árbol creciera a partir de una semilla, o la aparición de una rana a partir de un renacuajo, confirmaba una intervención ultraterrena. Con una existencia cotidiana llena de peligros y aventuras, llegó a la conclusión de que el mundo estaba poblado por unos espíritus vengativos que superaban en número a los benéficos. La muerte, uno de los mayores misterios de la vida, fue tratada con mucho detalle por los primeros supersticiosos. Con ésta, vino el concepto del “más allá”, y con él numerosas acciones destinadas a lograr un trato mejor tras el tránsito a la otra vida.
La persona supersticiosa cree que existe algo por encima de los hombres, una especie de fuerza oculta que puede no favorecerle, o incluso castigarle, si realiza ciertos actos que, por tanto, hay que evitar. A lo largo de la historia, la superstición de unos ha sido a menudo la religión de otros.
Casi se podría afirmar, que la superstición es hija de la ignorancia de todos los tiempos y madre de la religión.
No todas las supersticiones son malas sino que también las hay con buenas presagios. 





















"El creador del psicoanálisis Sigmund Freud dice que el razonamiento de la superstición es un proceso inverso al enfrentar los deseos inconscientes, es decir, una forma de proyectar en el mundo externo las decisiones y creer que estas dependen de la suerte."


sábado, 3 de mayo de 2014

Todos somos supersticiosos

Alguien supersticioso trata de descubrir el mundo en base a sus creencias y propios paradigmas. Aun que no lo parezca gran cantidad de personas son supersticiosas. 
Por que, ¿Cuántas personas que conocemos evitan rociar la sal o pasar por debajo de una escalera por temor a que aquella acción sea de mala suerte?
¿Cuántas personas que conocemos temen cruzarse con un gato negro?
¿Cuántas personas que conocemos temen abrir un paraguas dentro de la casa?
¿Cuántas personas que conocemos se levantan de la cama con el pie derecho para que en el día todo marche bien?
¿Cuántas personas que conocemos le temen al viernes 13?
¿Cuántas personas que conocemos temen romper un espejo por miedo a los 7 años de mala suerte?
La lista es mucho mas larga y de seguro han venido a tu mente muchas personas, y es porque las supersticiones son más frecuente que lo se cree.
Padecer de TOC es vivir de mitos, creencias ; al principio creencias comunes, luego algunas más elaboradas que los anteriores y otros simplemente imposibles de realizar que nuestra mente va elaborando día a día de forma masoquista.
Toda la gente que nos rodea vive de mitos, creencias y supersticiones. Dependiendo de la cantidad e intensidad de las manías de una persona podemos decir que tiene simples manías o que nos encontramos ya con una persona con TOC.


jueves, 1 de mayo de 2014

Encuesta sobre las supersticiones

Aquí podemos ver los resultados de una encuesta que salió publicada en el periódico “La Vanguardia” sobre las creencias de los españoles en las supersticiones:
Tenemos los resultados de una encuesta realizada a hombres y mujeres golfistas de alrededor de unos 40 años:
NO

%
%
¿Es usted supersticioso?
70
30
¿Realiza rituales frente a un partido?
80
20
¿Juega siempre con los mismos colores de ropa?
50
50
Aunque haga calor, ¿no se saca el sweater?
8
92
¿Cuenta hasta algún número antes de golpear la su pelota?
20
80
¿Tiene alguna oración predilecta?
30
70
¿Elige el número de pelota que va a poner en el suelo?
55
45
¿Marca la pelota en el césped con algún elemento que considera que da suerte?
40
60
Coloca la pelota siempre en la misma forma'
65
35
¿Realiza alguna promesa antes de jugar un partido importante o torneo?
55
45
Cuándo va a algún hotel, ¿rechaza números de habitación, ejemplo el 13?
20
80
Cuándo practica, ¿comienza siempre con el mimo palo?
65
35
¿Le da importancia a los sueños (de ganar o perder)?
50
50


'Supersticiones'

miércoles, 30 de abril de 2014

Como se crean las supersticiones

La fuerza del rumor con la famosa palabra “dicen que”, en nuestra vida es el causante de la mentalidad mitológica y fantasiosa que muchos de nosotros poseemos. Esta es de tal impacto que llega a cambiar esquemas y es capaz de programarnos en un automatismo destructivo.
La mayoría de las personas preferimos que nos digan las cosas en vez de pensarlas nosotros mismos.
Los mitos aparecen en nuestra vida porque en algún momento nos lo han contado, y preferimos creerlos antes de analizarlos y sacar conclusiones propias.
Si bien hemos desarrollado tecnología, aún no hemos desarrollado por completo nuestra inteligencia, esta sigue siendo como siglos atrás, nuestro instinto de seguir siempre a la manada o de hacer lo que dicen impera más que la misma razón.
"Hoy caminando por la calle, vi una escalera apoyada a la pared de una casa, era una escalera muy grande que ocupaba toda la acera, recordé que “me dijeron que” si pasaba por debajo de esta, eso me traería mala suerte, pero ¿Por qué? ¿Por qué mucha gente evita pasar por debajo de un escalera?

Si pensamos en el origen de este mito (pasar por debajo de la escalera) podemos llegar a una curiosa conclusión: Da mala suerte pasar por debajo de una escalera no porque divinamente fuerzas extrañas influencien a la persona que pase por debajo de ella, sino que; lógicamente deberíamos de asumir que al haber una escalera apoyada sobre una pared, es porque esta cumple alguna función: Alguien ha subido por ella, alguien bajara por ella; usándola para alguna actividad, por lo tanto, si alguien pasa por debajo de esta es posible que entorpezca la acción, o que aquella persona por descuido deje caer algún objeto cuando alguien esté pasando. La probabilidad que esto suceda es poco frecuente, pero le debió de haber pasado a alguien en la antigüedad, y este difundió el rumor que pasar por debajo de la escalera era de mala suerte. El rumor fue creciendo y creciendo que llego a tal escala que hoy escucho por la calle:
- “No pases por ahí dicen que es de mala suerte”.
Las supersticiones se alimenta de mitos. La única forma de salir de ellas es formatear nuestra programación mental, y olvidarnos de ellos, racionalizándolos.

lunes, 28 de abril de 2014

13 supersticiones

Gato negro:
El gato negro es considerado desde el inicio de los tiempos como un animal mágico. En la Edad Media sin embargo, se relacionó a los gatos negros con la brujería (se decía que los gatos negros eran brujas transformadas en tales) motivo por el cual los gatos negros (y gatos en general) eran perseguidos, cazados, metidos en sacos y quemados en hogueras, y les cortaban las cabezas.
Sin embargo no siempre fueron símbolo de mala suerte. En Egipto se los consideraba animales sagrados ya que estaban relacionados con el culto a la diosa Bastet. En la Inglaterra victoriana se consideraba que si unos novios recién casados se encontraban con un gato negro, esto simbolizaba prosperidad en el matrimonio. Y los marineros creían que tener un gato a bordo les traería buena suerte. Más aún sus mujeres solían tener uno en casa, ya que esto parecía "asegurar" que sus maridos volverían sanos y salvos a sus casas después de la travesía.
Brujería y superstición:
Históricamente, los gatos negros fueron asociados simbólicamente a brujería y al mal. En la tradición hebrea y babilónica, los gatos se comparan a serpientes, arrolladas en un hogar. El gato era adorado en Egipto y matar a uno era considerado un crimen capital. Cuando el gato de una familia egipcia moría, se momificaba y la familia se ponía de luto. Los romanos también consideraban el gato sagrado e introdujeron el animal en Europa. En Europa, excepto en Italia, España, Serbia y Montenegro, un gato negro que cruza su trayectoria se considera buena suerte; sin embargo, fueron vistos por la iglesia como asociados a las brujas. Los gatos negros (y a veces, otros animales del mismo color o incluso blancos) se temía que fueran los familiares de brujas. En el siglo XVII, el gato comenzó a ser asociado a la brujería en muchas áreas del mundo. El gato negro fue visto generalmente como buena suerte; sin embargo, en los EE. UU. y zonas de Europa (ej. España), que mantuvieron cazas de brujas, la asociación con las brujas los hizo ser considerados como portadores de mala suerte.

En Escocia, un gato negro extraño en el porche de tu casa es una muestra de futura prosperidad. En Irlanda, cuando un gato negro cruza la trayectoria de una persona a la luz de la luna, significa que va a haber una enfermedad epidémica. En Italia desde hace cientos de años se cree que si un gato negro se pone en la cama de una persona enferma, esa persona morirá. Hace muchos años en Inglaterra, las esposas de los pescadores mantenían gatos negros en sus hogares mientras que sus maridos salían al mar en sus barcos de pesca, creyendo que evitarían que ocurriera algún peligro a sus maridos mientras estaban ausentes. Las supersticiones alrededor del gato negro son algunas de las supersticiones más extensamente conocidas y populares.
En lugares donde no se practicó caza de brujas, los gatos negros conservaron su imagen de buena suerte; todavía se consideran así en Gran Bretaña e Irlanda.
No obstante en otras culturas como la checa, la rumana, especialmente en la región histórica de Moldavia, y en la India, una de las supersticiones más extendidas es que los gatos negros que cruzan su trayectoria representen mala suerte, a pesar





Romper un espejo:

Romper un espejo da mala suerte. Esta creencia es común en todo Occidente cristiano. Se sitúa entre las supersticiones más citadas y proviene para algunos del uso adivinatorio del espejo. En las sesiones de craptomancia de los antiguos griegos, la rotura del espejo anunciaba la muerte. Es probable, sin embargo que esta superstición obedezca a la idea de que la imagen reflejada en el espejo es el doble o el alma de quien los utiliza y que, en consecuencia, romperlo equivale a poner su vida en peligro.
Los poderes que se atribuyen a los espejos comenzaron mucho antes de que se fabricara el primer espejo. Las supersticiones con respecto a los espejos comenzaron cuando los primeros hombres vieron sus reflejos en los estanques y creyeron que eran espíritus o almas, o alguna parte esencial de ellos mismos, que también podía ser dañada.

Los factores económicos son también para algunos, el objeto de esta superstición. Los primeros espejos se fabrican en Venecia durante el siglo XV y estaban recubiertos por una lámina de plata. Eran muy caros, y las señoras para evitar que se rompieran, advertían a los criados que un espejo roto equivalía a siete años de mala suerte. Sin embargo, el sentido común popular aconseja en el refranero: Un espejo roto no admite más remedio que comprar otro. El mal agüero del espejo roto es que hay que comprar otro. Tampoco desaprovecha la ocasión el refranero para criticar a las mujeres que pierden el tiempo ante el espejo: Si mejorada tu casa quieres ver, rómpele el espejo a tu mujer.

El arte de la adivinación por medio del espejo se llama catoptromancia y se realiza mediante una persona que se mira fijamente hasta quedar hipnotizada, momento en el cual se le hacen todo tipo de preguntas. Originario de Persia es uno de los sistemas de adivinación más antiguos.

En Grecia, durante el siglo VI antes de Cristo, se llevaba a cabo con espejos de metal brillante, como el cobre, bronce, plata y oro. En la Edad Media y en la época moderna, se recurría a la ayuda de un niño o de una muchacha virgen, a quienes se les vendaban los ojos y se le colocaba delante o detrás, un espejo.
Pese a que estas prácticas adivinatorias fueron perseguidas por la Iglesia, las crónicas nos hablan de muchos reyes o príncipes que siguieron recurriendo a este método. Entre otros se cita al rey Enrique VII de Inglaterra o a Catalina de Médicis. En 1326, el papa Juan XXII amenazó con la excomunión a los que practicaban la catoptromancia, pues era una creencia muy extendida que los demonios encontraban a veces refugio en los espejos.


Una de las costumbres antiguas era cubrir el espejo cuando algún familiar muere, ya que creían que el espejo atrapaba el alma del fallecido impidiendo que llegase al cielo.  Otra muy frecuente era dar la vuelta hacia la pared para evitar que los niños menores de un año se volviesen tartamudos, no creciesen adecuadamente o muriesen al cabo de un año.
Una superstición europea dice que verse en un espejo a la luz de la vela es llamar a la desgracia. En todo el mundo, muchas personas acostumbran cubrir los espejos durante una tormenta, pues creen que es de mala suerte ver los relámpagos reflejados.
Para ampararse en contra de la mala suerte, algunas novias se quitan un zapato o un guante antes de arreglarse la ropa frente a un espejo de cuerpo entero. De acuerdo con ciertas creencias muy antiguas, es de mala suerte para una novia probarse el vestido antes del día de la boda, así como verse completamente ataviada con él.

Durante el siglo pasado, en muchos pueblos se recurría a este método para desenmascarar al culpable de un robo, encontrar objetos perdidos y otros asuntos semejantes. El espejo corriente se sustituyó por el espejo consagrado, que se entronizaba en un altar y recibía bendiciones y oraciones y también por la bola de cristal, que en muchos casos se impuso sobre aquél.
























Superstición de la sal: 

La sal es un elemento de la tierra, un compuesto de sodio que desde la antigüedad se ha considerado protectora frente a los maleficio y portadora de buena suerte. Puede que esta superstición esté relacionada con la importancia de la sal como conservante de alimentos (salazón...) Además la sal simboliza la alianza del hombre con la divinidad. Este último aspecto queda destacado en la Biblia (Lev. 2, 13). 

Se cree que cuando hay sal en una casa siempre habrá dinero y si se echaba sal en los rincones de las cuadras el día primero de abril se evitaban las enfermedades del ganado. Como amuleto la sal se utilizaba en rituales dibujando un círculo de sal alrededor de aquel que deseaba protegerse contra el diablo. Este círculo era llamado "círculo mágico". Para contrarrestar el mal de ojo se bañaban en agua con sal las plantas de los pies y las palmas de la mano tres veces, se bebía tres sorbos del agua salda y después se echaba al fuego lo que quedaba de dicha agua. Hay sin embargo un remedio para conjurar la mala suerte: echar una pizca de sal por encima del hombro izquierdo, porque de este modo se ciega al diablo y a los malos espíritus, o tirar agua por la ventana. 

Era costumbre echar sal al fuego cuando entraba en casa una persona sospechosa de dedicarse a la hechicería. También se evitaban las visitas de alguien indeseable echando sal donde había estado, recogiéndola y quemándola después. Otro remedio utilizado era echar sal en el umbral después de su partida. Se creía que poniendo un plato con sal debajo de la cama de un enfermo ésta absorbía el mal y protegía contra la enfermedad. Para evitar que un niño sin bautizar fuera objeto de hechicerías se ataba a sus ropas un saquito con un poco de sal cuando se le ponía a dormir en su cuna. 

Es de mal agüero derramar de forma involuntaria la sal o que se caiga un salero: el responsable de ese fatal descuido verterá tantas lágrimas como granos de sal se hayan desperdigado.

 Pretenden algunos que esta creencia procede de la Última Cena, en la que Cristo cometió tal torpeza. El refranero nos lo dice: "Derramar el vino es buena señal, pero no la sal"; "Si se vierte el salero, faltará la razón, pero no el agüero"; "Verterse el vino es buen sino, derramarse la sal, mala señal". Quién pisa la sal derramada tendrá disgustos y si se trata de alguien que va a casarse pronto, no cumplirá este propósito. Aquel que persiga quebrantar la felicidad de unos recién casados le basta con echar sal en el lecho nupcial.


















El paragüas

Nunca ha de abrirse un paraguas en el interior de la casa, ni siquiera en un recinto cerrado y tampoco en el vestíbulo o porche de cualquier lugar. Contravenir este precepto da rienda suelta a un mal que, en ocasiones, puede desencadenar la muerte. Esta superstición es relativamente reciente, puesto que los paraguas, como tales, no fueron introducidos en Europa hasta el siglo XVII.


 Su simbología procede, no obstante de los parasoles orientales, símbolos de la realeza que dimana de la divinidad, y del palio. Desde ese ángulo, se interpretaba que usurpar la condición divina por medio del uso del paraguas o la sombrilla e interrumpir el itinerario del reino de la luz (el sol) contribuía a desairar a los dioses y sólo se permitía que, excepcionalmente, sustituyera al recinto personal de cobijo y protección (la casa) en las salidas al exterior. Así, el abrir el paraguas en casa constituye una doble provocación: por un lado, a la dignidad de los dioses, y por otro, al libre curso del reino de la luz.

 Otra interpretación más racionalista pretende que esta superstición fue creada de forma artificial, en los orígenes de la implantación del paraguas en Europa, con el fin de evitar los posibles accidentes que los primeros y desprevenidos usuarios del armatoste provocaban al intentar abrir las primeras varillas, que eran metálicas. No obstante la simbología oriental que establece una vinculación del paraguas (artefacto moderno) con las fuerzas, maléficas y benéficas, de la naturaleza persiste en nuestro país y, en esa línea el que abre un paraguas en día soleado ha de ser consciente de que está invocando, cual anónimo chamán, la lluvia. Si el paraguas se nos cae, anuncia una decepción en el plano amoroso o de los negocios. En este caso, ha de ser siempre otra persona la que lo recoja del suelo para, de este modo, evitar el riesgo. Si un paraguas abierto se usa de ventilador, girándolo y girándolo, espanta la suerte y si, impulsado por el viento, se vuelve hacia atrás, también. 

No se puede colocar un paraguas sobre la cama y tampoco sobre una mesa, aunque si alguien se le olvida en algún lugar extraño, es signo de que el destino le tiene reservada alguna sorpresa agradable.




















Martes 13

Si el número 13 por sí solo es considera de mal agüero es aún más fatídico si coincide en el calendario con el martes, según la tradición española, o con el viernes en el equivalente anglosajón. El origen de la maldad atribuida al martes se debe a su asociación con el dio Marte, dios de la guerra que implica la muerte. 

La consideración del martes como día fatídico ha dado origen a varios refranes: 
* El martes, ni te casas ni en embarques. 
* El martes ni gallina eches, ni hija cases. 
* El martes ni hijo cases, ni cochino mates. 
* En martes ni tela urdas, ni hija casas, ni las lleves a confesar porque no dirán la verdad. 
* El martes ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes. 

Al parecer cortarse las uñas en el aciago martes saldrán padrastros. Los hijos nacidos en martes serán desgraciados, tendrán una vida corta y su ideal será la guerra. La tradición anglosajona considera el viernes como día de mal fario por ser el día en que Cristo fue crucificado. La unión del viernes y el trece se ha popularizado en España como consecuencia de la serie de películas "Viernes 13" ("Friday the 13th"). En la tradición anglosajona del viernes, correspondiente a nuestro martes, da mala suerte cortarse las uñas y el pelo durante ese día.














Pasar debajo de una escalera:
Pasar por debajo de una escalera da mala suerte: elimina toda la posibilidad de casarse durante ese año.
Si alguien, por despiste, ha traspasado el nefasto triángulo, tiene numerosos recursos para conjurar la mala suerte: hacer el signo de la figa, cruzar los dedos hasta ver un perro, escupir tres veces a través de los escalones o una vez por encima del hombro derecho, escupir en el zapato y continuar el camino sin volverse hasta que la saliva esté seca.
Debe evitarse siempre alargar o coger un objeto a través de los peldaños, o pararse en un escalón impar. Ha de preferirse siempre la escalera con un número impar de escalones. Saltarse un escalón al subir anuncia un revés de fortuna y caerse de una escalera, además de la posibilidad de partirte la cabeza, significa pérdida de dinero.
Con respecto a las escaleras que unen dos pisos, se recomienda hacer el signo de la cruz al pisar el primer escalón para evitar un tropezón. Caerse por una escalera es de buen augurio si ocurre subiendo, pero un mal presagio si es bajando. Cuando a mitad de las escaleras se acuerda uno de que ha dejado olvidada alguna cosa, se recomienda primero subirlas todas y luego bajar por ella, para evitar la mala suerte.


Teniendo en cuenta su origen religioso no es raro que sea de buen presagio soñar que se sube una escalera y de mal agüero y contrariedades bajarla. Fuera del mundo de los sueños está considerado de buen augurio y signo de próxima boda caerte por la escalera si en ese momento la vas subiendo, y por el contrario de mal agüero y signo de asistencia a un funeral caerte si las estás bajando (dependiendo de la gravedad de la caída podría ser el propio: mucho cuidado).
La mala suerte de esta superstición se debe a que cuando la escalera se apoya contra la pared forma un triángulo, que la tradición popular identificó con el símbolo de la Santísima Trinidad. Antiguamente el pueblo llano pensaba que estaba prohibido pasar por debajo de este arco sagrado.


Otra versión plantea que este triángulo corresponde al que formó la escalera por la cual se bajó el cuerpo de Cristo con la Cruz y el suelo. Se decía que en este triángulo vivían la maldad y el diablo. En la Biblia, Génesis, 28, 12, se relata la visión de la escalera de Jacob, que se apoyaba sobre la tierra y tocaba con la cabeza en los cielos, y por la que subían y bajaban los ángeles de Dios. Es decir, un puente vivo entre la tierra y el mismísimo cielo, la figura de la comunión con Dios que los hombres buscan a través de la religión.


Una versión, algo menos religiosa del origen de esta superstición está en los antiguos métodos de pena de muerte: desde la crucifixión hasta la horca, tan recurrente en las películas del Oeste americano. Se suponía que con esa escalera se bajaban los cuerpos de los ajusticiados y no era de buen augurio.






















El color amarillo:
La tradición cristiana asoció este color con el del azufre de los infiernos y le dio una significación peyorativa convirtiéndolo en imagen del orgullo, de la falsedad y la traición. Es además el símbolo del adulterio. En la Edad Media, los herejes y los apestados vestían de amarillo. Las ciudades donde se había declarado una epidemia estaban obligadas a señalarlo con una bandera amarilla.
En los orígenes del sindicalismo revolucionario, se denominó amarillo al sindicalismo de inspiración patronal que traiciona la noción de lucha de clases y la prensa amarilla es aquella que deforma los hechos con fines espurios.
A principios del siglo XIII, el Papa Inocencio III estableció los colores de la liturgia y excluyó el amarillo, por lo que es el único que está ausente de los rituales católicos.
El color amarillo está proscrito, no sólo en España sino en toda Europa, entre las gentes del teatro, que lo consideran particularmente maléfico: no lo permite ni en decorados ni en vestimentas. Esta superstición parte de que Molière murió vestido de amarillo.
Sin embargo, la prevención contra este color procede de los tiempos de la Inquisición. A muchos cómicos se les impuso el San Benito, una túnica amarilla de penitente con una cruz de San Andrés a la espalda con la que debían deambular por las calles expuestos al escarnio público. Muchos toreros abobinan también el color amarillo.
Asociado al sol y al oro, sin embargo, el amarillo es el color de Apolo, dios de la luz, y el emblema del poder de emperadores, reyes y príncipes. Entre los primeros cristianos, el amarillo oro representaba la vida eterna, la fe y el amor divino, y durante la Edad Media se solía representar a San Pedro con una túnica de color dorado.
Pálido u ocre da mala suerte, ya sea en los vestidos o en la decoración de la casa. Sólo a un Jockey masoquista se le ocurriría salir al hipódromo vestido de amarillo: los precavidos evitan este color.

























El mal de ojo 
Se suponía que algunas personas, brujas y hechiceras, especialmente si gozaban de alguna característica especial en los ojos, tenían el poder de causar enfermedades y desgracias con su mirada. se decía que los niños eran más propensos que los adultos a ser víctimas del mal de ojo. Es curioso citar aquí el famoso proceso de las brujas de Salem en el cual una de las procesadas, la señora Bishop, fue acusada de mirar de tal modo a las muchachas del lugar que se desplomaban inmediatamente. Existen diversos remedios contra el mal de ojo: uno de ellos es el conocido gesto que se hace con el puño cerrado, sacando el dedo pulgar entre el índice y el corazón, diciendo al mismo tiempo:"taf tafio anaquendavit".

 La otra receta es escribir con azafrán, alcanfor y lágrimas del enfermo la palabra ABAYA en una escudilla de madera; se echa agua rosada en la escudilla y se da de beber al paciente víctima del mal de ojo. Así mismo hay multitud de remedios y amuletos que protegen del mal de ojo, como el ajo, los objetos de oro y plata, los pedazos de cuerno y las herraduras. Los ojos y otras supersticiones Antiguamente, las comadronas tenían la costumbre de lavar los ojos de los recién nacidos con agua en la que se había puesto a remojo, después de secarla al Sol, la placenta materna. La costumbre de cerrar los ojos de los muertos procede de la creencia de que si a un difunto le quedan abiertos los ojos pronto le seguirá un familiar o conocido.


Tocar madera
El origen de la superstición de tocar madera como antes decíamos no es único sino que hay varias hipótesis. En general la creencia extendida es que tocar madera desvía la mala suerte.
La madera ya era usada por las civilizaciones antiguas elemento de la naturaleza, los griegos pensaban que el dios Zeus se relacionaba con el roble.
Los celtas como muchas otras culturas antiguas eran animistas, pensaban que objetos comunes y elementos de la naturaleza como los árboles tenían alma. Los dioses representaban sus dioses en la tierra. Tocar madera para los celtas era una forma de alejar la mala suerte y atraer la protección.
En los árboles según la mitología celta habitan duendes y hadas. En Irlanda dar pequeños golpes en un árbol simboliza dar las gracias a los duendes.
Los pueblos cristianos atribuían la protección de la madera a la cruz de Jesús. El tocar madera simbolizaba una forma de súplica para pedir protección. 
Otras hipótesis sobre la superstición de tocar madera, nos llevan al siglo XIX, cuando se jugaba un juego llamado Knock On Wood, tocar madera era como considerado territorio  neutral, como en los jugos de niños se dice "esto es casa" y en ese lugar nada  malo ocurre.
Tocar madera sin patas.
Otra variante de esta superstición se relaciona con tocar madera de una puerta, un cuadro, no vale una mesa, o unas sillas. Esta última parte no se sabe si es para dificultar aún más la tarea de tocar madera, así que si alguien necesita tocar madera y no tiene una puerta, cuadro o árbol a mano se suele tocar la cabeza.


Cruzar los dedos:

Este gesto parece provenir de los pueblos de Inglaterra. En el siglo XVI los accidentes, enfermedades y otros infortunios eran atribuídos a los actos de fuerzas malignas. Las brujas, fantasmas, duendes y otros seres sobrenaturales eran considerados muy reales. La gente confiaba en la fuerza de la fe cristiana para contrarrestar las influencias negativas. Toser, estornudar e incluso mencionar la gripe (que para muchos era símbolo de la peste) eran consideradas razón suficiente para hacer la señal de la cruz.
La forma correcta de hacer la señal de la cruz implica tocar la frente, el pecho y los hombros con la mano derecha, pero se creía que el símbolo podía realizarse de manera más discreta. Así, cuando se estaba en presencia de alguien de quien se sospechara que tenía contacto con los seres malignos se podía hacer una "cruz", ya fuera cruzando los dedos índices de cada mano, o cruzar el dedo índice y medio de la mano derecha.
Por supuesto también se podían llevar cruces y biblias para usarlas como talismanes, y se creía que, como en las películas del conde Drácula, estos objetos combatirían las fuerzas oscuras. También se podía llevar una guirnalda de ajos e incluso pequeños cascabeles, con cuyo ruido se esperaba asustar a los demonios.
Con el tiempo el significado original del cruce de los dedos cambió, y pasó de ser un talismán contra los espíritus malignos a un anmuleto instantáneo de buena suerte.
Levantarse con el pié izquierdo


El uso de esta frase está referido a la superstición, “tener mala suerte”, atribuida en este caso al hecho de haberse levantado de la cama por el lado izquierdo ó apoyar primero el pié izquierdo.
Se dice que si por error se comete este desliz se puede contrarrestar la mala suerte haciendo la señal de la cruz tres veces y volviéndose a acostar para levantarse más tarde apoyando primero sobre el suelo el pie derecho.
Al contrario de las expresiones que utilizan el término derecho ó derecha, cuando se utiliza el concepto de izquierdo ó izquierda se la relaciona normalmente con la mala suerte,lo maldito, lo malo.
El pie izquierdo siempre ha sido impopular y signo de mala suerte, desde el hecho de levantarse hasta el de acostarse con él.
El origen de esta superstición es muy antigua. En España puede tener su origen en la tradición celta y en el movimiento solar, siempre hacia la derecha. 
Ya Petronio menciona en el Satiricón, xxx:«Empachados con tanta decoración, nos disponíamos a penetrar en el triclinio, cuando un esclavo encargado de esta función especial, gritó: "Primero con el pie derecho, señores". Al instante temimos que alguno de nosotros ya hubiera transgredido la orden de atravesar el umbral de esta manera. Después todos avanzamos un paso con el piederecho.»

 San Juan Crisóstomo, en las Hornilías a los Efesios, XII, también se refiere al pie izquierdo con estas palabras:
«Yo mismo salía poniendo primero el pie izquierdo y esto... es una señal de mala suerte». 
- Cuando se sale de casa trae mala suerte empezar a caminar con el pie izquierdo.

- Para subir o bajar escaleras se debe empezar con el pie derecho.

- Al embarcar o desembarcar hay que poner primero el pie derecho porque es de mal agüero hacerlo con el izquierdo.

- Se dice que si se entra en casa ajena con el pie izquierdo se trae la mala suerte a sus habitantes.

- Cuando la novia sale de casa para ir hacia la iglesia debe poner primero el pie derecho; en caso contrario tendrá disgustos en su matrimonio.

Las herraduras:

Por lo general cuando pensamos en una herradura la vinculamos inmediatamente con la suerte, la superstición nos indica que cuando encontramos una herradura en nuestro camino debemos pedir un deseo y arrojarla por detrás de nuestro hombre sin mirar atrás. Pero, todo parece indicar que tiene más aplicaciones esotéricas y mágicas.
Las herraduras además de ser objetos de buena suerte, transmiten señales ocultas. Este oráculo disputa su origen entre numerosos países europeos y unos cuantos del norte de África. Aunque según cuenta la historia, fueron los griegos quienes crearon este oráculo, ya que, a comienzos del siglo VI, difundieron el uso de la herradura.
De los rumanos se ha heredado la costumbre de ubicarla en el marco de la puerta para obtener buena suerte o para que todo lo que llegue a nuestro hogar sea armonioso. Para alcanzar señales reveladoras del destino, los rumanos arrojan herraduras al aire.
Según la superstición para augurar un proyecto, una reunión, un viaje, una nueva relación, no se deben usar herraduras nuevas, ya que éstas son poco confiables y engañosas, el motivo era que no habían recorrido el mundo, ni habían estado en contacto directo con él para poder comunicar las señales del destino. Es decir todas las herraduras no tenían el don de augurar, las ventajas las llevaban aquellas que eran más viejas, las que habían sido usadas y halladas principalmente en una encrucijada. Estas eran las que mejor respondían a todo cuanto se les preguntaba, eran una señal de los dioses y otorgaban buena suerte.